lunes, 10 de noviembre de 2014

luz de mis días



Un día desperté y allí estaba él, con su sonrisa interminable, unos buenos días y un vaso de leche caliente.

El frío se escondía tras las paredes y el calor bajo las sábanas.

Un día desperté y allí estaba él, tan radiante como siempre, tan atento y cortés.

Sus ojos reflejaban la alegría de un gran día.

Un día desperté y lo que más me gustó fue un beso para dormir en pleno amanecer.

"De tu mirada depende tu forma de ver la vida"

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