Un día desperté y allí estaba él, con su sonrisa interminable, unos buenos días y un vaso de leche caliente.
El frío se escondía tras las paredes y el calor bajo las sábanas.
Un día desperté y allí estaba él, tan radiante como siempre, tan atento y cortés.
Sus ojos reflejaban la alegría de un gran día.
Un día desperté y lo que más me gustó fue un beso para dormir en pleno amanecer.
"De tu mirada depende tu forma de ver la vida"
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